Un espíritu que encarna Fábio Henrique Silva, quien lleva 23 años de trabajo en esta compañía surgida en el ya lejano año 1967. 

Fábio, hoy casado, con dos hijos de 12 y 9 años, llegó con apenas 19 años como practicante en una de las cuatro sedes que, en esa época, tenía Tracbel. 

El profesional que ahora es -dice- es muy distinto al joven que llegó a comienzos de los 2000, ya que en estas más de dos décadas de trabajo ha estudiado, crecido y se ha adaptado a todos los desafíos y tendencias en varias industrias y sectores, cada uno tan desafiante como el otro en esta suerte de “multiverso” productivo que es Brasil. 

Por eso, también Fábio ha sido un testigo privilegiado de los cambios que ha vivido Tracbel y que la han tornado una empresa de renombre. 

De sus cuatro filiales orinales y poco más de 300 funcionarios, esta compañía de Belo Horizonte, Minas Gerais, ha pasado a tener 40 sedes y 1.350 trabajadores esparcidos por 13 de los 27 estados brasileños. La misión; sin embargo, sigue siendo la misma: Dar un servicio honesto y de calidad para entregar la mejor solución para apalancar el crecimiento de sus clientes en sectores como minería, agroindustria y logística. 

“Somos una empresa multimarcas, trabajamos muchas líneas, entre ellas Kalmar hace tres años. Tengo 23 años en el Grupo Tracbel y en el último me ha tocado desarrollar este proyecto de tomar esta nueva línea y trabajar este producto que es algo común en la empresa. Por ejemplo, yo venía del área de post ventas de otra marca y con esa trayectoria fui invitado a desarrollar esta nueva línea de la mano de Kalmar”, comenta Fábio. 

Sobre la llegada de esta nueva marca, Silva tiene muchas expectativas y proyecta que junto con Tracbel hay infinitas opciones de crecimiento, porque “este es un producto de extrema calidad, que además de los puertos, puede ser colocado en las más diversas operaciones y aplicaciones y con nuestra forma de atender hará una gran diferencia en Brasil entero”.  

“Trabajar con Kalmar ha sido una experiencia muy interesante, porque hemos tenido que aprender las características del producto que, además, puede ser colocado en rubros muy diferentes más allá del portuario o de los puertos secos. También tenemos la característica especial de Brasil que, logísticamente, es un multiverso, así que tenemos que estudiar y entender el negocio de cada cliente, independiente si está en Amazonas, donde para llegar se debe andar ocho horas en balsa y luego cuatro en auto, o si está en São Paulo que tiene tránsito y distancias grandes, así como una diversidad de empresas. A todos ellos los atendemos con la misma calidad, ese es el motivo de nuestro éxito”, afirma.  

Ese éxito, asegura Fábio, también es el suyo. Llegó como un veinteañero y ha crecido como hombre, persona y profesional al alero de la empresa que dice amar. 

Con una sonrisa, que en toda la entrevista ha sido permanente, pero también con un brillo especial en los ojos, como ese que se tiene cuando los momentos felices pasan por la mente, Fabio relata que estar en Tracbel “ha sido una verdadera historia de amor”. 

 “Amo trabajar aquí. Siempre digo que este es mi caso de amor, porque no consigo vivir fuera de la empresa (risas). Lo que más me gusta de trabajar aquí es que los valores de la empresa se identifican con los míos. Soy una persona muy justa, muy honesta, clara. A mí no me gusta dejar ningún margen de dudas en cualquier cosa que estuviera tratando y ese también es el ADN de la Tracbel. Por eso, cuando me levanto, me gusta ir a la empresa, me gusta estar allá físicamente, a pesar de que ahora se puede hacer home office, porque me hacen falta las personas, estar con el equipo, mirarlos a los ojos y la verdad es que, a pesar de que la empresa ha crecido y ahora es una empresa grande, ella mantuvo esos valores, ese ambiente familiar, de respeto a las personas, con un código de conducta que todos los trabajadores hemos firmado y en el que no entramos en ningún tipo de negocio que sea sospechoso. Nuestra máxima es ser honesto y que su trabajo sea honesto”, se explaya. 

Fábio enfatiza que “todo lo que tengo hoy viene de Tracbel, porque cuando entré en la empresa no tenía nada. Todo lo que conseguí, incluso mi familia, mis hijos, terminar mis estudios, las inversiones que tengo, todo fue fruto de mi trabajo en alianza con Tracbel”. 

Esa estabilidad, claro, no ha sido gratuita. Fábio, desde que llegó, se esforzó por adaptarse a los cambios, a estudiar y mejorar, lo que encaja con la dinámica propia de Tracbel.

“Nosotros nos adaptamos a los cambios que ocurren. Nosotros nos reinventamos cada día y sabemos, por ejemplo, que el mercado chino es muy agresivo, pero nosotros no nos guiamos por eso, nos guiamos por la venta de calidad. Necesitamos siempre tener buenos argumentos para convencer a nuestros clientes y, en eso, destacó el trabajo colaborativo, donde como comercial dependo mucho de postventa, porque la postventa también vende y representa al producto. El éxito nuestro, depende del éxito del cliente y, por lo mismo, nos esforzamos en conocer el negocio del cliente”, explica. 

“Mi pensamiento, lo que me mueve todos los días, es encontrar una solución para mis clientes. Entonces, eso hacemos, buscamos una solución y tenemos ese compromiso. Por ejemplo, ha pasado que algunos clientes han llegado buscando un producto, pero hemos notado que no es la mejor solución y somos capaces de decirlo con mucha honestidad y muy claramente, porque preferimos perder un negocio a perder al cliente y es así como ayudamos al cliente a crecer y nosotros crecemos con él, eso es lo que me guía”, dice.     

Esa orientación también ha sido la clave de su éxito profesional con una sólida trayectoria de 23 años. 

“Comencé cuando tenía 19 años en un taller mecánico aquí en Belo Horizonte. Llegué a hacer la práctica y, desde entonces, hice mi trayectoria en esa empresa que, en ese momento, tenía solo cuatro filiales. Era una empresa familiar, era una época de mucho proceso manual, nadie tenía celular, todo el mundo trabajaba de teléfono fijo. Había un computador para todos, los presupuestos eran enviados por fax, luego pasamos a la digitalización, a la globalización, así que siento que he vivido el antes, el durante y el post. Este es un proceso en el que ya llegamos a un nivel de excelencia gigantesco y yo participé de él”, profundiza.

Por eso, enfatiza Fábio, mi mayor éxito es completar 23 años en Tracbel y acompañar todos los cambios de la empresa. Digo esto, porque muchas personas que empezaron conmigo fueron quedando en el camino, porque no consiguieron adaptarse a los cambios, entonces siempre hay que estudiar bastante, estar enterado de las noticias del día, acompañar el mercado y eso exige un poco de estudio y, por eso, me siento un vencedor por haber pasado por esas etapas de la empresa y conseguir crecer con la empresa. Ya pasé por varios sectores diferentes y en momentos diferentes. Lo que hoy vivimos es muy diferente de lo que era hace 15 o 20 años atrás. No es fácil estar 20 años en una empresa, porque la empresa va a seguir. Si tu vas a acompañarla en su historia, solo depende de ti”.

Sobre el futuro, Fábio dice que él y el equipo de Tracbel están preparados, atentos a las tendencias y capacitándose, porque ya no es como antes, sino que es como será. 

“Antes, los cambios eran más lentos. Cuando entré y tenía 20 años, se necesitaban cinco a siete años para que un cambio se consolide o haya una gran evolución. La Tracbel de un año atrás es muy diferente a la de hoy y, aún así, no sabemos cómo será en 2025. No tenemos noción, será otra empresa por las innovaciones, la inteligencia artificial que está en el momento y tendremos que adaptarnos y entrenarnos en esas cosas para seguir adelante, eso es fundamental”, concluye. 

 

 

Fuente: Portal Portuario